[vc_row][vc_column][vc_empty_space][trx_image url=”1926″][vc_empty_space][vc_column_text]Con el nombre de xerostomía o síndrome de boca seca se conoce a esta afección que produce una disminución ostensible de la saliva en la cavidad bucal. Está relacionada con enfermedades tan frecuentes como artritis y diabetes, pero también la toma prolongada de ciertos medicamentos o el hecho de recibir radioterapia y/o quimioterapia como parte de un tratamiento contra un cáncer localizado en el área de la cabeza.
Quizás no lo sepas, pero nuestras glándulas salivales producen entre 1 y 2 litros de saliva al día. La falta de hidratación no sólo afecta a la boca como tal, sino que se extiende a lengua, garganta e incluso labios. Entre los síntomas más habituales que solemos observar en un paciente aquejado de xerostomía están: ardor en la boca, sensación de tenerla pastosa, lengua seca y áspera, pérdida de gusto, sequedad también en la garganta o labios resecos y partidos. También puede afectar a la capacidad de masticar y tragar ya que la ausencia de saliva dificulta ambos procesos.
Lo más importante es que toda esta sintomatología tiene unas consecuencias bastante desagradables a nivel bucodental. Todas las personas afectadas por el síndrome de boca seca experimentan un deterioro en sus dientes ya que la saliva es una protección natural contra las caries.
Si no tienes saliva o no produces la suficiente, los ácidos que atacan a los dientes no tienen, por así decirlo, ninguna resistencia. Por tanto, las caries tardarán menos en formarse y en avanzar.
Los pacientes con la boca seca y que, además, llevan prótesis dentales removibles suelen tener problemas al quitarse y ponérsela. Es frecuente que les cause dolor y que la manipulación del aparato les cause heridas y llagas en las encías por falta de lubricación.
Otro de los efectos es una mayor predisposición a sufrir mucositis y gingivitis ya que, sin saliva, los tejidos blandos tienden a enrojecerse y favorecer la inflamación de las mucosas de la boca. La gingivitis puede derivar en la retracción de las encías y que parte de la raíz del diente quede expuesta. El paso siguiente será sufrir hipersensibilidad dental a estímulos como el frío o el calor.
Por último, las infecciones y hongos en la boca son habituales en personas que padecen xerostomía y, por desgracia, también es frecuente que estos hongos invadan la garganta y causen laringitis y faringitis, por ejemplo, y halitosis.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][trx_title type=”2″ align=”left” color=”#f38341″]¿Tiene solución?[/trx_title][vc_empty_space][vc_column_text]Depende del origen. Un análisis de la cantidad y calidad de tu saliva y un estudio de tus circunstancias personales serán la clave para hacer un diagnóstico y posterior tratamiento. Si no has sufrido un daño irreparable en las glándulas salivales que requieran el uso de sialogogos, es decir, de estimulantes salivales que humedezcan artificialmente la mucosa, las posibles medidas pueden ser:
Cambio de hábitos. El consumo excesivo de alcohol y el tabaco puede ser una de las causas que ayudan al síndrome de boca seca. Te recomendamos moderarlo o, incluso, eliminarlo. La mejor bebida para hidratar nuestra boca es el agua.
Buenas pautas de limpieza bucal. No es una solución, pero sí desde luego hará que muchos efectos no vayan a más. Es básico que controlemos la formación de placa porque en la boca de una persona con xerostomía las caries y todo tipo de infecciones se inician y desarrollan con mucha más rapidez.
Cambios en la medicación y control de enfermedades. Algunos medicamentos, como antiinflamatorios, antihistamínicos, relajantes musculares o antiasmáticos, pueden resecar nuestra boca. Si el uso es prolongado, conviene consultar con nuestro médico para ver si es posible un cambio o descanso. Es especialmente importante el control en personas con enfermedades como la diabetes ya que se producen alteraciones metabólicas que influyen en la producción de saliva.
Revisión de posibles problemas de estrés y depresión. El estrés y la depresión tienen múltiples y variadas maneras de manifestarse también en nuestra boca. Igual que las situaciones de estrés, nervios y ansiedad pueden ayudar en una patología como el bruxismo también pueden favorecer la xerostomía.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row]