No te asustes. Es bastante habitual que los pequeños de la casa jueguen sin saber, en ocasiones, cuáles son sus propios límites. Por mucho que los padres avisen y digan aquello tantas veces oído de ‘te vas a caer’, se caen… y, a veces, se rompen un diente. ¿Tienes claro qué tienes que hacer si esto ocurre? Desde Bayo Martín Dental queremos echarte una mano para que sepas cómo actuar, así que toma nota de estos pasos.
- Nuestro primer consejo es que mantengáis la calma. Este tipo de heridas suelen ser muy aparatosas. Si el peque os ve muy nerviosos o llorando, se asustará mucho e incluso cerrará la boca.
- Haced una primera valoración de los daños con la mayor tranquilidad posible. Preguntad a vuestro hijo, si es posible, cómo se ha caído y dónde le duele. Mirad qué diente se ha roto y si es una fractura parcial o total. Si podéis, mirar también si hay heridas en labios, encías o lengua.
- Si tenéis la posibilidad, encontrad el trozo de diente perdido. Existe mucha literatura con la conservación, pero nuestro consejo es que lo pongáis en leche, agua o en la propia boca para mantenerlo con la saliva.
- Procurad limpiar las heridas superficiales con gasas limpias, aunque si veis que reviste gravedad o que es necesario dar puntos (puede que se haya dañado los labios en el exterior o en el interior), acudid al servicio de Urgencias más cercano inmediatamente.
- Después de las primeras curas, y aún cuando los servicios médicos descarten roturas o lesiones más graves con una radiografía, acercáos a la consulta de odontología lo antes posible. Aquí podremos saber si existen lesiones en otros dientes adyacentes con una ortopantomografía, por ejemplo. Además, intentaremos pegar el diente fracturado. Si vemos que no podemos, la segunda opción será empastarlo, incluso si el diente es de leche. Si el golpe es muy severo, y no nos queda más remedio que extraer el diente, colocaremos un aparato que se llama mantenedor de espacio para que luego no tengamos problemas cuando erupcione la pieza definitiva.