Seguro que te suenan, pero si te pusiésemos un diente delante, ¿sabrías decir exactamente dónde están sus partes fundamentales y qué función tiene cada una? En Bayo Martín Dental creemos que es importante que tengas claro cómo es la anatomía de un diente para que entiendas, por ejemplo, cómo se comporta una caries o por qué los dientes no suelen doler.
Lo primero que tienes que saber es que llamamos corona a la parte visible del diente mientras que la parte que no vemos y, que es el que realmente le da soporte, se llama raíz. Para que te hagas una idea el 70% de un diente, más o menos, está formado por la raíz. ¿Quieres descubrir el resto con nosotros?
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Esmalte
Es el responsable del brillo de nuestros dientes y, aunque parezca mentira, el tejido mineral más duro del cuerpo. Su función principal es proteger nuestras piezas dentales de agresiones externas y solo una pequeña parte de la composición del mismo es orgánica, es decir, en su mayor parte no tiene vida. Es por eso que, si tienes una caries en estado incipiente, no vas a notar dolor. Y es por eso también que, cuando una caries afecta solo al esmalte, es complicado que tú lo veas porque tendrá un aspecto blanquecino y no el negro que asociamos normalmente con la caries.
Aunque sea duro, lo cierto es que el esmalte requiere de cuidados específicos para que no se deteriore ya que es nuestra primera barrera contra las bacterias. Las bebidas carbonatadas y ácidas son uno de sus mayores enemigos. También una técnica de cepillado agresiva puede dañarlo. Para conservarlo en perfecto estado, te ofrecemos cuatro consejos útiles:
- No te cepilles los dientes después de comer o beber algo ácido. Prueba primero a enjuagarte bien la boca.
- En la medida de lo posible usa una pajita si sabes que vas a ingerir una bebida rica en ácido.
- No uses el cepillo para ‘centrifugar’ tus dientes sino para lavarlos con decisión pero suavemente.
- Usa tus dientes solo para comer. Eso excluye hacer palanca con ellos, abrir cosas o romper objetos pequeños.
Dentina
A diferencia del esmalte que solo cubre la corona, la dentina recubre toda la pieza dental. Es la sustancia responsable del color de nuestros dientes que, en contra de lo que pueda parecer, no son totalmente blancos. Es un material más blando que el esmalte por lo que es fundamental la detección precoz de la caries. Si afecta a la dentina avanzará con rapidez hasta la pulpa. Si observas una mancha de color amarillo, marrón o negro en un diente es síntoma de que tienes una caries y que, precisamente, está ya atacando a la dentina. Seguramente empieces a notar dolor o sensibilidad dental ya que la dentina está en contacto directo con la parte más sensible del diente: la pulpa.
Pulpa
Es el centro del diente y podríamos decir que su corazón. Alberga tejidos nerviosos y vasos sanguíneos. Si una caries afecta ya a la pulpa tendrás bastantes dolores y, además, el cuerpo comenzará a luchar contra la infección en forma de flemones (inflamación) o abcesos en la punta de la raíz para dar salida al pus. Una caries que ha llegado tan lejos no tiene una solución que no afecte, en mayor o menor medida, a todo el diente. En los casos más graves, tenemos que practicar una endodoncia para posteriormente reconstruir la pieza. Si te hablamos de ‘matar el nervio’ te sonará más.
Encía
Se encarga de recubrir la raíz del diente y funciona también como una barrera. Aún así, en la consulta estamos acostumbrados a ver caras de asombro cuando decimos que hay que cepillarse los dientes, pero también las encías porque es habitual la formación de placa y sarro justo en la línea que separa los dientes de ésta. Para que lo tengas claro, si no fuese por la encía, todos los restos y bacterias viajarían sin control hacia la raíz, a parte de que el diente se quedaría sin su sujeción natural. De hecho, la movilidad dental puede ser un síntoma de que tenemos las encías afectadas por una gingivitis o periodontitis.