5 rutinas básicas anticaries para los más pequeños

Uno de los miedos más habituales de padres y madres suele ser la aparición de caries en los más pequeños. Es un disgusto no solo por el desembolso de dinero, sino porque suelen poner el acento en que intentan por todos los medios que sus hijos e hijas no tomen demasiadas golosinas y se laven los dientes tras cada comida. La verdad es que eso está muy bien, son dos pilares importantes para crecer con una boca sana, pero no los únicos. En este post, queremos darte las cinco rutinas básicas que te ayudarán en la batalla diaria de mantenerlos alejados de las caries.

Mucho cuidado con la caries de biberón

La prevención empieza desde el minuto uno de la vida de tu hijo o hija. Quizás no lo sepas, pero se puede tener caries aún cuando los niños no ingieran alimentos sólidos. Son las denominadas caries de biberón. Te damos varios consejos para evitarlas:

 

  1. No dejes que se duerma mientras les das biberón o pecho y, si lo hace, no sigas alimentándolo.
  2. Elimina los biberones de zumo o leche a horas que no correspondan. Es mejor que beban agua.
  3. Acostúmbrales a que empiecen a beber en taza a partir de los 6 meses y abandonen definitivamente el biberón entre los 12 y 14 meses.

Higiene desde el primer diente

No esperes a que tengan todos los dientes, ni mucho menos a que tengan la dentición definitiva, para hacer de la higiene bucodental un hábito. La limpieza de dientes comienza en el momento en el que sale el primero. Y si tienes dudas o miedo aquí van tres consejos:

 

  1. Limpia las encías de tu bebé después de cada toma o comida con una gasa limpia y seca.
  2. Cuando empiecen a salirle los dientes de leche, utiliza pasta de dientes sin flúor hasta que tu hijo no sea capaz de escupirla.
  3. Cuando tenga todos los dientes de leche, puedes usar un cepillo especial para niños y también hilo dental con tu supervisión.

Cuida su alimentación e hidratación

Las golosinas y chucherías son uno de los caballos de batalla de los padres, pero su limitación a la mínima expresión no es la única medida que hay que tomar para librarse de las caries. Te recomendamos profundizar en el poder cariogénico de los alimentos y te damos algunas pistas:

 

  1. Los alimentos que contiene carbohidratos fermentables (azúcar o fécula) pueden contribuir a la aparición de caries, según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación.
  2. Los alimentos que se pegan a los dientes aumentan el riesgo de caries. Piensa en caramelos, pero también en galletas, palomitas, patatas fritas, cereales, etc.
  3. Estar continuamente comiendo y picando no es bueno para los dientes. Igual que en una buena dieta, cinco veces al día es lo ideal.

Acompáñales en su limpieza diaria y sé un ejemplo para ellos

Es básico que tu hijo o hija aprenda a cuidar su boca desde su infancia. Así, lo interiorizará de igual manera que la higiene en otras partes de su cuerpo. No olvides que si tus hijos ven que tú cuidas tus dientes, ellos también lo harán. Aquí van otros tres consejos: 

 

  1. Hasta los 7 u 8 años es bueno que les ayudes siempre a lavarse los dientes.
  2. A partir de los 8 años, los niños tienen ya destreza manual suficiente. Aún así, echa un ojo para que no abandonen el buen camino.
  3. El número de cepillados en menores debe ser un mínimo de 2 veces al día durante 2 minutos cada una. El más importante es el cepillado de la noche.

Visita al dentista desde pequeños

Nuestra recomendación -y la de la Sociedad Española de Odontopediatría- es que no esperes a que tus hijos tengan todos los dientes de leche, sino que nos visites en cuanto le empiece a salir el primero para comenzar su ‘educación bucodental’. ¿En qué podremos ayudarte?:

 

  1. En la clínica dental Bayo Martín contamos con la figura del odontopediatra formado específicamente para los tratamientos en menores de 0 a 18 años.
  2. Aunque revises los dientes de tu peque todas las noches, por desgracia no tienes la capacidad de prever cómo será su dentadura o problemas graves como una mordida cruzada. Nosotros sí.
  3. No todo está en los dientes. Igual que en el resto del cuerpo, la boca tiene huesos cuyo desarrollo conviene controlar cada seis meses para evitar problemas mayores.