¿Conoces a alguien que sea respirador oral? De por sí, debes considerar que la respiración bucal es un hábito que empieza en tempranas edades. Lo correcto sería que el niño respire por la nariz mayormente. Sin embargo, algunos respiran inconscientemente por la boca, pudiendo tener a largo plazo consecuencias para su salud.
Conociendo más del respirador oral o bucal
Los que respiran por la boca, especialmente los niños que respiran de manera desproporcionada por dicha cavidad, tienen un riesgo enorme de sufrir problemas.
A priori, esta alteración puede ser difícil de diagnosticar. Eso sí, algunos síntomas pueden ayudar a los profesionales a intervenir cuando sea necesario.
Existen al menos dos causas principales por las que las personas pueden respirar por la boca:
1. Hay una obstrucción en la nariz. Podría darse por alergias y sensibilidades. En nuestra práctica, vemos una gran cantidad de niños con alergias, ya sean ambientales o relacionadas con los alimentos. Como resultado, algunos de ellos respiran por la boca.
2. Algo anatómico está creando una obstrucción de las vías respiratorias: un tabique significativamente desviado, algún tipo de pólipos, cornetes muy agrandados… A veces, incluso se puede encontrar un diente extra que está invertido y que comienza a obstruir las vías respiratorias nasales.
Si tuviste una obstrucción o una desviación anatómica de forma temprana en los primeros años de vida, incluso si se corrige más tarde, la respiración bucal puede convertirse en tu forma habitual para respirar.
Algunas consecuencias que puedes experimentar al ser respirador oral son la xerostomía (que a su vez puede propiciar infecciones, caries, etc.), problemas en la deglución, problemas de oclusión y de cierre labial, hipotonía muscular, entre otras. Por supuesto, en la edad adulta también pueden existir más problemas, como apneas del sueño, lesiones cerebrales y respiratorias, etc.
Síntomas
La forma más fácil de saberlo desde el principio es simplemente observar. Cuida a tu bebé. Observa si resopla cuando llora, si ronca cuando duerme, si tiene la boca abierta o cerrada cuando respira. Su respiración debe ser silenciosa. Si puedes escuchar a alguien respirar, significa que su respiración es complicada y que está teniendo dificultades para obtener la oxigenación que necesita.
Un niño que está congestionado y siempre con mocos, que siempre traga saliva por goteo posnasal o que siente que tiene un cosquilleo en la parte posterior de la boca son signos de problemas en las vías respiratorias.
Tratamientos y sus beneficios
Para abordar esta alteración, lo mejor es que acudas a un profesional especializado, como a un odontopediatra y a un otorrino. Lo primero es eliminar la causa de la respiración bucal. Existen también ejercicios funcionales que permiten rehabilitar la musculatura.
El ortodoncista también puede colaborar, colocando una placa vestibular para impedir la penetración del aire por la boca.
Por supuesto, estos tratamientos aportan beneficios a corto y largo plazo, al corregir el hábito.
En conclusión, el respirador oral puede desarrollar problemas en un futuro si continúa con el hábito. En niños, se puede alterar el correcto desarrollo. Los efectos persistentes de la respiración por la boca pueden ser difíciles de revertir en los adultos. Acude a un profesional para solucionar el problema cuanto antes.
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