Es una de las intervenciones más sencillas que existen en odontología. También una de las más necesarias para que tus dientes se liberen de todas esas bacterias y restos de comida que no has podido eliminar. Aunque te cepilles correctamente a diario, siempre quedan acumulaciones en ciertas zonas que solo puedes eliminar gracias a una completa limpieza dental. En nuestra clínica dental en Castro Urdiales podemos ayudarte. A continuación, te explicamos paso a paso en qué consiste y qué ventajas te reporta.
Proceso de la limpieza dental
El objetivo de una limpieza bucal es acabar con la placa bacteriana y el sarro que se ha ido acumulando en tu boca, concretamente en tus dientes, pero también entre ellos e incluso en la línea gingival. Denominada igualmente profilaxis dental, esta técnica permite a tu dentista eliminar todos los residuos que no han desaparecido ni siquiera utilizando hilo dental.
Análisis previo y raspado
En primer lugar, el primer paso del odontólogo es observar tu cavidad bucal para un análisis detallado tanto de dientes como de encías. Así descarta posibles enfermedades y comprueba que ningún diente se mueve. Luego, localiza las zonas que debe limpiar mediante la aplicación de un líquido que tiñe la placa bacteriana. Con lupa y raspador en mano completa ese proceso.
Después llega el momento de retirar todos esos restos detectados. Para ello, el especialista utiliza la conocida como cureta. Esta herramienta accede a las partes que incluso se encuentran por debajo de la línea de la encía. Aunque esta acción puede provocar algo de sangrado, no debes preocuparte.
Limpieza profunda y pulido de dientes
Ya para la siguiente maniobra emplea hilo dental o cepillos especiales denominados interproximales. Así consigue limpiar los espacios que existen entre tus dientes. Posteriormente, mediante un aparato que lanza a presión agua mezclada con un bicarbonato especial, en nuestra clínica dental en Castro Urdiales logramos eliminar las manchas dentales. Suelen ser esas que se han formado por consumir alimentos pigmentados. Por ejemplo, el café o el vino.
De esa forma la limpieza ya es profunda, aunque todavía quedan otros dos pasos. Uno consiste en el pulido dental mediante la aplicación de una pasta con flúor y blanqueador que se extiende sobre toda tu dentadura. El otro paso se trata de aplicar gel que te ayuda a evitar inflamaciones de encías u otras molestias derivadas de todo el proceso, que finaliza así.
Debemos aclararte que esa es la técnica estándar para una limpieza dental, aunque existen otras para abordar todavía con mayor profundidad la eliminación total de restos. Requieren anestesia local. Una se denomina curetaje y la otra utiliza láser.
Sus beneficios
Además de acabar con la mencionada placa bacteriana y el sarro acumulado, que puede irritar tus encías, así como ensuciar tus dientes, las limpiezas bucales previenen caries y enfermedades como la gingivitis y la periodontitis. En esa línea, refuerzan el esmalte dental, aportan blancura a tus dientes e incluso evitan el mal aliento.
En definitiva, disfruta de todos esos beneficios de una buena limpieza dental que se recomienda realizar una o dos veces al año, como mínimo.